Daniel Ortega... ¿Le volverá a salir el sol?

El actual Presidente de la república, Daniel Ortega, es quién goza de mayor popularidad según casi todas las encuestas en Nicaragua, aún por encima de los candidatos “opositores”. Mucho se ha dicho sobre la ilegalidad o no de su candidatura, sin embargo los demás candidatos lo validaron al inscribirse junto a él para competir en las elecciones próximas del 6 de noviembre.

Ortega de 65 años de edad ha sido una de las figuras más influyentes dentro de la política nicaragüense, fue miembro de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional al triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979  y luego tras la dimisión de varios miembros de esta junta ortega se posiciona como Presidente. Convocó a elecciones en 1984 resultando ganador para ser derrotado luego en 1990 por una ex miembro de la junta, Violeta Barrios.

Ortega fue acusado de abusar sexualmente y agredir físicamente a su hija adoptiva, Zoila América Narváez, sin embargo el caso únicamente procedió en los medios de comunicación ya que para ese entonces, en el año 1998, Daniel era diputado y gozaba de inmunidad. Durante mucho tiempo el “Caso Zoila América” ha sido usado por partidos políticos y Organizaciones de Sociedad Civil, razón por la que Zoila decidió poner fin a la demanda en año 2008. Creo que nadie va a estar claro completamente de lo que sucedió en esta situación, sobre todo por la delicadeza con la que se tiene que manejar, lo que si es seguro es que este escándalo forma parte de la vida del mandatario.

En el año 2005, durante el gobierno de Enrique Bolaños, el FLSN y el PLC como las dos fuerzas políticas de mayor predominancia firmaron un acuerdo de entendimiento  para el mejor funcionamiento del país. Este acuerdo fue cuestionado por muchos y se dice que se negociaron más cosas de las que salieron a luz pública como la libertad del ex presidente Alemán y la repartición de cargos en los poderes del estado. 

Al igual que los demás candidatos, Ortega ha cambiado poco a poco su posición y también sus amigos y enemigos, pasó de ser el líder guerrerista a un Daniel de paz y reconciliación, dejando atrás la bandera rojinegra y llenando de colores las tarimas en las que diera sus actos públicos. El actual gobierno vende la imagen de inclusión y participación de todos, sin embargo no es ningún secreto que la participación es únicamente para bajar recibir órdenes y cumplirlas, muy pocas veces, y casi nulas, las demandas de los nicaragüenses son escuchadas y atendidas a cabalidad. 

Como ha sido costumbre de los anteriores gobiernos, Daniel también usa recursos estatales para sus fines político-partidarios e instrumentaliza a los movimientos y sindicatos para esto mismo. Las escuelas e instituciones estatales están llenas de propaganda política, actitud reproducida de sus antecesores.

Algo muy extraño es la cercanía que ahora tiene el gobierno de Nicaragua con la Iglesia católica, luego de haber sido enemigos por años, sobre todo de el CardenalMiguel Obando quién inauguraba todos los actos oficiales de Somoza y los demás presidentes cuando el FSLN era opositor. Incluso resulta que ahora somos hasta cristianos los nicaragüenses, cosa que al menos a mí y a otros tantos no se nos consultó.

Al mejor estilo de los otros “demócratas” que ya pasaron por el país, el gobierno del FSLN ha posicionado en todos los poderes del estado a sus aliados solamente, demostrándonos que él no difiere mucho de los anteriores presidentes acusados de corrupción y tráfico de influencias, y claro estos amiguitos más cercanos de Ortega no son cualquier "pelado" muerto de hambre, viven con múltiples beneficios sociales y económicos como cualquier oligarca más. Arriba los pobres del mundo.

Cambios para bien si han ocurrido, y no podemos negarlo hay disposiciones para hacer bien las cosas y responder a las necesidades de los nicaragüenses, sin embargo siempre llegan al punto de borrar con la mano derecha lo que hacen con la izquierda. El FSLN y Daniel Ortega tuvieron su nueva oportunidad y para muchos fue desaprovechada al funcionar como un gobierno que reprodujo costumbres neoliberales heredadas por los corruptos que ya habían hecho estragos antes. 

Esta es una de las opciones para muchos nicaragüenses que pusieron a prueba a Ortega durante los pasado 5 años y el 6 de noviembre será el día que decidan premiarlo o castigarlo.


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